La epicondilitis lateral, más conocida como codo de tenista, es una lesión musculoesquelética que aparece con más frecuencia de la que imaginamos, tanto en deportistas como en personas que no practican deporte. Aunque el nombre nos remite directamente al tenis, en realidad la epicondilitis lateral puede aparecer en cualquier actividad que implique movimientos repetitivos de extensión de muñeca o supinación del antebrazo. Se trata de una tendinopatía de sobreuso, es decir, una afectación degenerativa en el tendón provocada por movimientos repetitivos que sobrecargan la musculatura extensora del antebrazo. Es habitual encontrarla en profesionales que trabajan con herramientas manuales, usan ordenadores muchas horas al día, músicos, peluqueros o incluso personas que realizan tareas domésticas exigentes de forma continuada.
A nivel anatómico, el tendón más afectado suele ser el extensor radial corto del carpo, que se inserta en la parte lateral del codo (epicóndilo). Cuando este tendón se ve sometido a estrés constante sin tiempo suficiente de recuperación, puede degenerarse, inflamarse y generar dolor localizado, pérdida de fuerza y limitación funcional.
El abordaje fisioterapéutico es clave para frenar la progresión de la lesión, aliviar el dolor y restablecer la funcionalidad del brazo afectado. Y cuanto antes se interviene, mejores son los resultados. Por eso, un diagnóstico precoz y una intervención personalizada desde la fisioterapia deportiva marcan la diferencia en la recuperación del paciente.
En este artículo te explico cómo identificar sus síntomas, qué pruebas se utilizan para diagnosticarlo y cuáles son las técnicas más eficaces desde el enfoque fisioterapéutico. Si ya estás sufriendo molestias en esta zona o tienes un diagnóstico confirmado, esta guía te va a resultar muy útil.
Síntomas y signos de la epicondilitis lateral
Uno de los primeros síntomas que suele alertar a mis pacientes es un dolor sordo y persistente en la cara externa del codo, que puede irradiarse hacia el antebrazo o incluso hacia la muñeca. Este dolor no aparece de forma brusca, sino que se va intensificando progresivamente con el tiempo, especialmente cuando se repiten ciertos movimientos.
Los signos más comunes son:
- Dolor a la palpación sobre el epicóndilo lateral, junto en la prominencia ósea del codo.
- Molestias al realizar gestos cotidianos como levantar una bolsa, girar una llave, abrir un bote o estrechar la mano a alguien.
- Debilidad muscular en el antebrazo, especialmente al realizar la extensión de muñeca contra resistencia.
- Sensación de tensión o rigidez matutina, que mejora ligeramente con el movimiento, pero reaparece al final del día con la fatiga muscular.
- En fases más avanzadas, incluso puede haber dolor en reposo o durante la noche, afectando al descanso.
En fases crónicas, el dolor puede persistir incluso en reposo, y limitar de forma significativa la actividad deportiva o laboral del paciente.
Diagnóstico de la epicondilitis lateral
En consulta, cuando un paciente llega con dolor en la parte externa del codo, lo primero que hago es escuchar con atención su historia clínica: cómo comenzó el dolor, si ha ido en aumento, qué actividades lo agravan, y si existen antecedentes de sobrecarga en la zona. Muchas veces, el diagnóstico puede empezar a perfilarse simplemente con una buena conversación.
La exploración física es clave. Utilizo una combinación de pruebas clínicas para confirmar si realmente se trata de una epicondilitis lateral:
- Palpación dolorosa en el epicóndilo lateral, justo en la inserción de los músculos extensores del antebrazo.
- Test de Cozen: se pide al paciente que extienda la muñeca contra resistencia con el codo en flexión. Si aparece dolor, el test es positivo.
- Test de Mill: se realiza una extensión pasiva del codo y flexión de muñeca. Un dolor agudo indica una posible tendinopatía.
- Test de Maudsley: al resistir la extensión del tercer dedo también puede reproducirse el dolor característico.
Estos test funcionales, combinados con una observación del gesto deportivo o laboral habitual del paciente, nos dan información muy valiosa sobre la mecánica del movimiento y las compensaciones que pueden estar generando la lesión.
En la mayoría de los casos, no es necesario recurrir a pruebas de imagen si la clínica es evidente. Sin embargo, cuando se trata de un dolor persistente o resistente al tratamiento, podemos solicitar estudios complementarios como ecografía musculotendinosa o resonancia magnética, que nos ayudan a valorar el grado de afectación del tendón, la presencia de calcificaciones o roturas parciales.
Tratamiento de la epicondilitis lateral
El abordaje fisioterapéutico de la epicondilitis lateral debe ser multimodal, progresivo y adaptado a la fase de la lesión. No existen recetas universales, porque cada paciente tiene una causa, un gesto repetitivo y un estilo de vida distintos. El objetivo principal es reducir el dolor, restaurar la función y evitar recaídas.
1. Fase inicial: alivio del dolor y control de la inflamación
Las primeras sesiones deben centrarse en disminuir el color y la sobrecarga del tendón. Algunas de las técnicas que más se utilizan son:
- Terapia manual específica: movilización de tejidos blandos, técnicas de fricción transversal profunda y liberación miofascial en la musculatura extensora del antebrazo.
- Electroterapia analgésica (como TENS) o ultrasonido terapéutico, en los casos que lo requieran.
- Crioterapia localizada en fase aguda para reducir la sintomatología.
- En ciertos casos, si el dolor es muy limitante, se pueden usar vendajes funcionales o kinesiotaping para descargar la zona afectada.
2. Fase de readaptación funcional
A medida que el dolor disminuye, se empiezan a trabajar la recuperación del tejido y su funcionalidad:
- Ejercicios excéntricos progresivos para el extensor radial corto del carpo. Este tipo de contracción ayuda a reorganizar las fibras tendinosas y fortalecer el tendón sin generar sobrecarga.
- Entrenamiento de la musculatura estabilizadora del hombro y escapular, muy relevante en personas deportistas o que cargan peso de forma repetitiva.
- Movilización neuromeníngea en caso de compromiso del nervio radial.
- Estiramientos suaves y mantenidos de la musculatura del antebrazo, combinados con ejercicios de movilidad global del miembro superior.
3. Tratamientos complementarios
En función del paciente, también se pueden aplicar técnicas avanzadas como:
- Punción seca si hay puntos gatillo miofasciales activos.
- Ondas de choque extracorpóreas, muy eficaces en epicondilitis crónicas o refractarias.
- Diatermia para estimular la vascularización del tendón y favorecer su regeneración.
4. Reeducación del gesto y prevención
Una parte fundamental durante el tratamiento es analizar y corregir el gesto deportivo o laboral que ha causado la lesión. En mi caso, enseño a mis pacientes estrategias para modificar patrones de movimiento, adaptar posturas o implementar pausas activas si el trabajo lo requiere.
También trabajo en la educación del paciente: cómo volver a la actividad, cómo calentar bien, qué ejercicios puede hacer en casa y qué señales debe vigilar para evitar recaídas.
En resumen, tratar el codo de tenista no es solo aliviar el dolor: es reeducar el movimiento, fortalecer el tejido y evitar que vuelva a aparecer.
Preparación para la consulta
Cuando notas dolor persistente en la cara externa del codo, lo mejor que puedes hacer es pedir cita con un fisioterapeuta especializado en lesiones deportivas. Cuanto antes se aborde, más rápida y eficaz será la recuperación. Por eso, quiero ayudarte a que vengas a consulta con toda la información que necesitamos para comenzar desde el primer día con el tratamiento más adecuado.
Antes de tu primera sesión, hay algunas acciones sencillas que pueden ayudarte y que te recomiendo tener en cuenta:
- Anota los síntomas: ¿cuándo empezó el dolor? ¿Qué actividades lo empeoran? ¿Hay momentos del día en los que es más intenso?
- Trae informes o pruebas si las tienes: una ecografía o un informe del médico de cabecera puede ayudarnos a entender el estado del tendón o descartar otros problemas.
- Evita forzar el brazo afectado: si puedes, reduce los movimientos repetitivos o el peso sobre ese brazo. No se trata de inmovilizarlo, pero sí de evitar que el tendón siga sobrecargado.
- Observa tu rutina diaria: si hay gestos, posturas o hábitos que crees que podrían haber causado el dolor, cuéntamelo en consulta. Es una pista valiosa para entender el origen.
Qué esperar del fisioterapeuta
En consulta realizaremos una valoración completa. Observaré tu postura, la movilidad articular, el estado del tejido blando, tu fuerza muscular y, por supuesto, reproduciré algunos gestos para localizar el dolor. Es un proceso completamente indoloro que me permitirá diseñar tu plan de tratamiento.
También hablaremos de tu día a día, tu actividad física, tus hábitos laborales o deportivos. Esto me ayuda a personalizar cada ejercicio y técnica terapéutica.
Mi objetivo es que te sientas acompañado/a y entendido/a durante todo el proceso. No solo trataremos tu codo, trataremos la causa que te ha llevado hasta aquí.
Tratamiento del codo de tenista con fisioterapia
La fisioterapia ha demostrado ser una de las herramientas más eficaces en el tratamiento de la epicondilitis lateral. El protocolo ideal combina fases de desinflamación inicial con reactivación muscular progresiva, prestando especial atención al control neuromuscular y a la corrección de gestos técnicos deportivos o laborales.
Un ejemplo de progresión podría incluir:
- Fase inicial (0-2 semanas): control del dolor, descarga mecánica del tendón, terapia manual, crioterapia localizada.
- Fase intermedia (2-6 semanas): introducción de ejercicios excéntricos, trabajo de estabilización del hombro y escápula.
- Fase avanzada (6-12 semanas): reintegración funcional y entrenamiento específico del gesto deportivo/laboral.
Además, es fundamental abordar factores de riesgo como posturas mantenidas, técnica deportiva incorrecta o desequilibrios musculares que puedan predisponer a recaídas.
En cada sesión iremos evaluando cómo responde tu cuerpo, y ajustaremos el tratamiento en función de ello. A veces los progresos son muy rápidos, y otras veces necesitamos más tiempo. Pero lo importante es que, con constancia y el enfoque correcto, la epicondilitis lateral se puede superar completamente.
Si has llegado hasta aquí porque sufres molestias en el codo, y sospechas que podrías tener codo de tenista, no lo dejes pasar. Escucha a tu cuerpo. El dolor es una señal de que algo no está funcionando como debería.
En mi clínica, ubicada en Albacete, me dedico a acompañar a personas como tú en procesos de recuperación funcional y readaptación deportiva. Ya seas deportista habitual, aficionado/a o simplemente alguien que necesita recuperar la movilidad y la fuerza sin dolor, estaré encantada de ayudarte.
🗓️ Si estás en Albacete y necesitas un fisioterapeuta especializado en fisioterapia deportiva, puedes pedir tu cita cuando lo necesites. Juntos encontraremos el camino para volver a moverte con confianza, seguridad y sin dolor.

Fisioterapeuta Colegiado nº 1840
Soy Rosa Galdón, fisioterapeuta especializada en fisiosexología, recuperación del suelo pélvico y fisioterapia deportiva. Mi objetivo es ayudar a las personas a aliviar el dolor, recuperar la movilidad y mejorar su bienestar a través de tratamientos personalizados. Creo en una fisioterapia cercana y adaptada a cada paciente, donde el cuerpo y las emociones van de la mano en el proceso de recuperación. Me mantengo en constante formación para aplicar las técnicas más avanzadas y ofrecer siempre la mejor atención posible.